
Hannah Mitchell
Palma./Año tras año los primeros acordes de la mítica melodía turronera avisa de que ha llegado la hora. Hora de volver a casa para todos aquellos que vivimos lejos del calor del hogar. Y conocedores de nuestra gran fortuna, esperamos con gran ansia el reencuentro y planificamos días de festejos, jolgorio y agradecimientos. Agraciados somos aquellos que podemos cobijarnos bajo el manto familiar a la lumbre de los últimos resquicios de diciembre y el nacimiento de las primeras ilusiones de enero. Vuelve, a casa vuelve … por Navidad.
Palma./Año tras año los primeros acordes de la mítica melodía turronera avisa de que ha llegado la hora. Hora de volver a casa para todos aquellos que vivimos lejos del calor del hogar. Y conocedores de nuestra gran fortuna, esperamos con gran ansia el reencuentro y planificamos días de festejos, jolgorio y agradecimientos. Agraciados somos aquellos que podemos cobijarnos bajo el manto familiar a la lumbre de los últimos resquicios de diciembre y el nacimiento de las primeras ilusiones de enero. Vuelve, a casa vuelve … por Navidad.
Pero al final del Camino del Monasterio de la Real , se dibuja el Monasterio de San Bernat, que emana cobijo y esperanza y espanta los desaires de la soledad cuando cae el sol. Alejados del ajetreo de Palma y contiguo al polígono de Can Valero se alza el centro de inserción social Turmeda. Refugio para los dejados de la mano de la fortuna.
Turmeda, calor hogareño lejos de casa
Aprovechando mi estancia en Mallorca y en compañía de Elisabeth Cerrato (monitora de Turmeda ) acudo a mi cita con Julieta Morlans, Trabajadora social de Cruz Roja que de buen grado me recibe en ausencia de la coordinadora, Tatiana Roselló Ferrer. Sorprende el emplazamiento y las dimensiones del caserón, contiguo al monasterio donde actualmente residen curas se siguen impartiendo misas según me informan. Hay motivos navideños en cada rincón y globos colgados en el inmenso comedor que delatan la celebración de la pasada nochevieja.
Julieta explica que Turmeda sólo ofrece servicios básicos de alojamiento y comidas, además de asesoramiento encaminado a la inserción social, y que, aunque en un principio, los usuarios podían disfrutar de los servicios durante un periodo de dos meses, tras el agravamiento de la situación económica reconoce que hay casos que van camino de rozar el año. Según datos ofrecidos por el centro, en 2009 fueron 257 personas (reingresos y nuevos) las que pasaron por Turmeda, al cierre de este pasado 2010 las cifras aún están por confirmar.
Un perfil común y un largo camino por delante
El equipo de valoración del Imas, después de una entrevista con cada inmigrante extracomunitario, especifica a qué tipo de perfil corresponde y de cumplir los requisitos lo deriva al centro Turmeda u otros de prestaciones más específicas. Los habitantes del centro tienen terminantemente prohibido consumir, han de ser mayores de edad y deben ser insertables a nivel laboral. Conscientes de la normativa y aceptadas las condiciones, Julieta afirma que rara vez ha tenido problemas con alguno de los usuarios.
Mientras Elisabeth me acompaña en la visita guiada por las instalaciones explica que la alimentación corre a cargo de Imas, aunque el banco de alimentos, en épocas de bonanza les suministra víveres. Además cuentan con donaciones puntuales de ropa por parte de Sfera y la dueña de una zapatería de Inca, quien les hace llegar zapatos en stock de la temporada anterior.

Es contagiosa la ilusión que se refleja en los ojos de las tres jóvenes cuando les pregunto por su experiencia personal. Julieta afirma recibir más de lo que ella humanamente puede aportar a este proyecto que se renueva cada cuatro años. Elisabeth por su parte afirma que conocer las historias de cada uno de los usuarios ha cambiado su perspectiva personal sobre la forma de ver el mundo.
Me encanta esta columna hannah!!
ResponderEliminarSoy una usuaria de los servicios que presta "Turmeda" y quiero destacar el trato humano que nos dan, lo amables que son y la delicadeza con que tratan a cada uno de los residentes, respetanto nuestra dignidad.
ResponderEliminarEstar en el paro y no tener cobijo es lo más duro que le puede pasar a cualquiera, y encontrar aqui tanto calor humano, sin duda es de agradecer y felicitar a todos quienes llevan éste centro. sólo puedo decir, gracias por el apoyo, muchas gracias.
por cierto q guapa estas en la foto julieta.?
ResponderEliminarmuchisimas gracias a todos aquellos qe depositais una esperanza en una persona sin esperanzas.cuchas gracias equipo turmeda
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