jueves, 23 de diciembre de 2010

Héctor de Prado: "Cada vez vemos una mayor mercantilización del planeta"

Nylva Hiruelas/ Liliane Spendeler, directora ambiental de Amigos de la Tierra y Héctor de Prado, técnico de Cambio Climático y Energía, recién llegado de Cancún como coordinador de movilizaciones, reflexionan sobre las consecuencias de la Cumbre contra el Cambio Climático de Cancún, COP 16 (16ª edición de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) organizada por las Naciones Unidas y celebrada entre el 29 de noviembre y 10 de diciembre en México.


Pregunta. En la Cumbre de Cancún, las decisiones climáticas más decisivas (reducción de emisiones de gases invernaderos, financiación y bosques) han sido de nuevo postergadas para la próxima conferencia dentro de un año en Sudáfrica. ¿Ha servido realmente para algo efectivo en materia de cambio climático esta Cumbre?

Héctor de Prado
. Los dos grandes temas: reducción de emisiones y la financiación por fondos de adaptación [para mitigación o transferencia de tecnología a estos países empobrecidos] que son los más intricados y políticos no se ha avanzado. En el tema que más se ha avanzado es el de REDD [Reducción de las Emisiones Causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques], para incluir los bosques en el mercado de emisiones. Esta Cumbre no ha servido porque se ha intentado hacer una extensión del acuerdo de Copenhague, ya que se ha intentado introducir muchos puntos que estaban contemplados en este acuerdo.


P. Canadá, Japón y Rusia han advertido que no aceptarán un segundo compromiso en el marco de Kyoto que expira en 2012, y Estados Unidos se niega a ratificarlo.
¿Cómo ve el futuro del Protocolo de Kyoto y el futuro de la lucha contra el cambio climático?

HP. El Protocolo de Kyoto es la única herramienta legalmente vinculante y que está ratificada por 192 países. Creemos que si se alcanza un segundo período de Kyoto, que se espera que se negocie en 2011 en la próxima conferencia en Durban (Sudáfrica), va a ser todavía más débil de lo que es ahora. Cada vez vemos una mayor mercantilización del planeta, puesto que se van a empezar a añadir seguramente nuevos mecanismos para la reducción de emisiones [actualmente existen tres, entre ellos el comercio de emisiones] como el de REDD, el comercio de emisiones por deforestación y degradación de los bosques.

Liliane Spendeler. Es muy importante seguir con un acuerdo vinculante. Lo bueno de Kyoto es que tenía este aspecto, de modo que los países que no cumplían tenían que pagar por las emisiones que no habían reducido. Lo que pasa es que por una parte ,queremos seguir con el Protocolo de Kyoto precisamente porque es vinculante, pero no queremos que sea más débil por los mecanismos de mercado, que eso hace en definitiva que cuando una empresa puede comprar derechos de emisiones, al final y al cabo, no reduce efectivamente sus emisiones, por lo tanto, aunque el país pague grandes cantidades de dinero, no reduce sus emisiones netas.

P. La deforestación es actualmente responsable del 18% de las emisiones de carbono. En la Cumbre de Cancún parece que se ha reconocido este problema, pero todavía no se han definido los detalles del nuevo instrumento financiero REDD, sin embargo, es rechazada ampliamente por organizaciones ecologistas e indígenas. ¿Qué es la REDD y por qué es rechazada?

H.P. El problema es que esto tal y como está planteado y se está desarrollando en muchas zonas en las que está en funcionamiento como en el sudeste asiático, o en Latinoamérica, se lleva a cabo un arrebatamiento de tierras de comunidades que dependen de estos ecosistemas, los cuales son sacados de allí. En el fondo lo que se está haciendo es pagar a una empresa para que deje de deforestar, esto lleva a que ciertas empresas opten por ejemplo por hacer plantaciones, monocultivos como el aceite de palma. Te encuentras como unos bosques que ya no lo son, porque son plantaciones, y cualquier ecosistema que hubiera habido allí desaparece, y quedan árboles de una sola especie que bueno si que están haciendo el intercambio de oxígeno… pero que evidentemente la REDD está planteada de un modo muy mercantilizado.

L.S. Claro, nosotros no estamos en contra de que se protejan los bosques, al contrario. Lo que pasa es que los bosques a través de estos mecanismos pasan a manos privadas, cuando deben ser protegidos mediante fondos públicos, y en ningún caso la protección de los bosques y el dinero que vaya para eso puede contabilizar para que empresas o países dejen de reducir sus emisiones, porque supone realmente la privatización de los bosques, y encima con un efecto contraproducente porque los que pagarían podrían seguir emitiendo gases de efecto invernadero.

P. Desde Amigos de la Tierra habláis de que el resultado de la cumbre de Cancún pone el clima a la venta, ¿Por qué?

H.P. Porque estamos viendo que el proceso tal y como se está desarrollando tras 16 COP está demostrando que todo acaba teniendo un precio. Se ha acabado comercializando los espacios atmosféricos, ahora se están introduciendo todos estos mecanismos de REDD, que supone la comercialización de los bosques, y de aquí a cuatro días podría ser el agua. El interés al final acaba siendo no tanto hacer lo que la ciencia está recomendando, sino de intentar seguir con los negocios una vez más, buscando las mil y una tácticas y trucos para intentar sortear el recorte de emisiones domésticas efectivas.
P. ¿Cómo funcionan los mercados de carbono?

H.P. Explicado de un modo sencillo: hay un país, por ejemplo que está de acuerdo y ha ratificado el Protocolo de Kyoto así que se compromete a reducir sus emisiones en un tiempo determinado. España en concreto se comprometió a una reducción del 15% para el período 2008-2012, comparado con 1990.
Si por ejemplo el país se encuentra con que se está acabando el período y está muy lejos de los objetivos planteados en reducción de gases, se recurre a los mercados de carbono. Éstos son como una bolsa del carbono. El país podría comprar a los países con remanentes de emisiones, por ejemplo, aquellos países que debido a la crisis económica han producido menos. Por ejemplo, una central termoeléctrica de Ucrania que tenía una cuota de 2.000 toneladas de carbono no ha alcanzado al final ni la mitad, entonces puede vender estos 1.000 sobrantes. Llega otro país que no ha llegado al objetivo marcado y decide comprárselos.
España para cumplir el Protocolo de Kyoto tendría que invertir entre 700 y 800 millones de euros “comprando aire” para poder alcanzar sus objetivos.

P. Se ha acordado la creación de un Fondo Verde Climático con el compromiso de abastecerlo de 100.000 mil millones de dólares hasta 2020 ¿Para qué se crea este Fondo Climático y cómo valora Amigos de la Tierra que vaya a ser gestionado por el Banco Mundial?

H.P. Se crea porque hay una deuda histórica y moral de los países desarrollados con los países empobrecidos a los que hay que ayudar para adaptarse para hacer frente al Cambio Climático. Primero hay que destacar que es una cantidad insuficiente, y segundo, que estos fondos estén gestionados precisamente por quienes están favoreciendo a que estos países estén sufriendo aún más las consecuencias del cambio climático, como es el FMI [ Fondo Monetario Internacional] o el Banco Mundial es algo absurdo e ilógico.
Amigos de la Tierra llama a que cualquier fondo que se cree para la adaptación, mitigación o transferencia de tecnología a estos países empobrecidos no sea gestionado bajo ninguna circunstancia por una entidad internacional como el Banco Mundial.

L.S. Además el Banco Mundial es una entidad que está financiado proyectos con un alto grado de impacto medioambiental, y en particular para el clima. Se caracteriza por una falta de transparencia total y un fondo para ayudar a los países del Sur en ningún caso debe estar en manos de una institución tan opaca y tan poco preocupada por el medio ambiente. No puede funcionar.

P. Amigos de la Tierra exhorta a la promulgación de “leyes de clima” nacionales. ¿En qué consiste y por qué creéis que es una alternativa más eficaz y justa?

H.P. Porque pensamos que poder promover una ley de reducción de emisiones a nivel estatal o incluso a nivel regional es la manera más efectiva de asegurar que la reducción de emisiones se está llevando a cabo “en casa” y no se está dependiendo de que los contribuyentes paguen millones para comprar aire a un país. No es una idea que la acabamos de sacar de una chistera, sino que es ya una realidad y está funcionando en el Reino Unido o en Escocia. Se trata de hacer un presupuesto de emisiones de carbono en el que cada sector económico pueda emitir x toneladas de carbono, esto obliga a que los sectores entre sí estén en contacto ya que comparten esta responsabilidad. Con estas leyes del clima se internalizan las reducciones de emisiones.

P. Bolivia es la única nación que ha rechazado el Acuerdo de Cancún alegando que no puede aceptar un acuerdo que “podría llevar la temperatura media mundial a un aumento de más de cuatro grados”. ¿Cómo valora la postura de Bolivia en la Cumbre?

H.P. Desde Amigos de la Tierra hemos mostrado el máximo apoyo a Bolivia, porque ha estado sufriendo mucha presión a lo largo de la Cumbre, incluso por países de lo que sería su entorno como los del ALBA [Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América] que le han puesto las cosas difíciles, y gracias a las artimañas de países como EE.UU. cuya postura ha sido de si no apoyas lo que decimos no vais a recibir dinero de un fondo de adaptación. Y además hemos apoyado a este país porque en el fondo han sido los únicos que han rechazo este acuerdo no por rebeldía, sino por sentido común ya que tal y como están planeadas las cosas ahora el incremento de la temperatura media global en el futuro puede ser de 4 o 5 grados. Creemos que la postura de Bolivia ha sido muy valiente, ya que ha rechazado el acuerdo porque cree que no tiene en cuenta ni a la gente ni a la ciencia, sólo a los mercados.
También estamos muy decepcionados porque que en el último momento las Naciones Unidas se hayan empezado a cuestionar lo que significaba consenso y lo que significaba multilateralidad.

P. Bolivia, acogió la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de la Madre Tierra en Cochabamba en abril de este año, en la que se establecieron metas más ambiciosas como la reducción de al menos un 40% de las emisiones de C02 para el año 2020. ¿Ha tenido alguna consideración este acuerdo por parte de los países más industrializados o por algún organismo internacional?

H.P. No, porque Naciones Unidas tampoco lo contempla como un acuerdo válido, porque considera que muchas partes no están representadas. Pero lo curioso de todo esto es que llevamos 16 COP y se han alcanzado muy pocas cosas y sin embargo unas 7.000 personas en dos días han sido capaces de ponerse de acuerdo en muchas cosas trayendo las voces de las comunidades y de activistas de muchas partes del mundo. Te da que pensar un poco el cómo avanza un proceso como es el de Naciones Unidas y cómo avanza el proceso de la gente, en el cual parece que todo el mundo más o menos lo tiene claro.

L.S. Además hay que mencionar el doble rasero que se aplica, porque lo que se llamó Acuerdo de Copenhague, que tampoco representaba a todos los países, ese sí se ha incluido en el Acuerdo de Cancún. Por tanto el argumento de que no representaba a todas las partes [Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático] no es válido.

P. Centrándonos en la UE ¿Se puede defender la lucha contra el cambio climático y a la vez prolongar las ayudas al carbón hasta 2018 (el tope máximo era 2014)? Porque hablamos de unas elevadas inversiones, de hecho la Comisión calcula que alrededor de los 2.900 millones en 2008.
L.S. Amigos de la Tierra pide que la UE se comprometa a reducir en un 40% las emisiones para 2020, comparado con 1990. Un objetivo posible pero aplicando medidas de gran calado. Si la cantidad de dinero que se aplicase a energías sucias se invirtiera en energías limpias, avanzaríamos en la senda hacia la disminución de las emisiones en la UE, y en particular en España. Hablando de eso, me lleva a hablar de la coherencia dentro del gobierno español. La ministra de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, ha apoyado la reducción en un 30% para la UE en 2020. Lo cual constituye un paso importante, pero pedimos que si la ministra defiende un 30% para la UE, también debe ser aplicado para España, con un cambio en particular en las políticas energéticas y de transporte.

Para saber más...

Los países pobres son quienes más sufren las consecuencias del cambio climático y quienes tienen menos recuros para hacerlo frente. La Convención Marco de las Naciones Unidas consagra el principio " Responsabilidad Común pero Diferenciada", por éste se reconoce que la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo, históricamente, han tenido su origen en los países desarrollados. Entre los principales emisores destacan los Estados Unidos, con el 29% de las emisiones acumuladas del total de la atmósfera, y la Unión Europea, con el 27%

Emisiones de CO2 acumuladas 1850-2005

Toneladas de CO2 por persona

América del Norte:1.073,0
Europa: 588,8
Oceanía:420,4
Oriente Medio y África del Norte:
85,5
América Central y Caribe: 84,7
América del Sur: 67,5
Asia: 61,6
África subsahariana: 24,0

Fuente: Amigos de la Tierra
Fotografía de Nylva Hiruelas.


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