Victor Manuel Ancillo, educador en drogodependencias de esta Asociación, nos explica cómo funcionan los pisos de acogida y reinserción que hay a disposición de aquellos que quieren salir del mundo de las drogas.
Pregunta. Cuéntanos Víctor, ¿qué hace la Asociación y en qué consiste tu trabajo?
Respuesta. La Asociación se dedica a ayudar a drogodependientes. Actúa a través de la Agencia Antidroga y con la Comunidad de Madrid, ofertando plazas en pisos de reinserción (PAT y PAE). Aquí llegan, de forma voluntaria, aquellos que han comenzado un tratamiento y son derivados desde el CAID. En el piso continúan con su proceso terapéutico, fortaleciendo su capacidad para convivir y ser autónomos durante, como mínimo, seis meses. Además, el CAID sigue dándoles apoyo psicológico y haciéndoles exámenes semanales para comprobar que no consumen.
Nosotros les planificamos las actividades y visitas de la semana, les ayudamos a buscar trabajo a través del COS, hacemos un control de su dinero y en cierto modo les brindamos nuestro apoyo psicológico.
Yo hago el acompañamiento nocturno, de 10 de la noche a 8 de la mañana. A primera hora reviso que hayan hecho las tareas planteadas para ese día, porque todo lo dejamos por escrito en un informe personal. Si alguno ha tenido un mal día trabajo temas terapeúticos individuales, hacemos videoforum y complemento el trabajo de mis compañeros de mañana y tarde entre otras cosas.
P. ¿Qué pasa si incumplen las normas?
R. Cuando llegan al piso lo primero que hacemos es leerles las normas, explicándoles sus derechos y obligaciones. Deben seguir en todo momento las indicaciones del educador, deben mantener la abstinencia a todo tipo de sustancias, no deben cometer faltas de respeto,… Hay distintos rangos de sanciones, depende de la falta que cometan. Lo más grave, que consuman dentro del piso o que se produzca una agresión hacia un educador u otro compañero. Esto supone la expulsión inmediata.
"Mi experiencia me ha enseñado que hay que tenerle miedo a las drogas"
P. ¿Cuál es el perfil de los residentes?
R. En el piso hay ocho plazas, que siempre están ocupadas. Ahora mismo son todos varones. Esto ocurre casi siempre ya que la demanda de las mujeres es mucho menor. Tienen entre 23 y 58 años. Todos tienen una dependencia a una o varias sustancias y llevan un tiempo en abstinencia. Pero no todas sus adicciones son iguales ni llevan el mismo tiempo sin consumir. Algunos pueden llevar un año o más y otros sólo días.
P. ¿Que se encuentren en fases muy distintas de recuperación les ayuda?
R. No, todo lo contrario. Esto hace que exista una situación de riesgo de conflicto y hay peligro de que recaigan. Antes se tenía muy en cuenta este aspecto, pero la falta de recursos económicos ha hecho que eso cambiara.
Es que hay muchísima demanda para la oferta que hay.
P. Entonces, ¿cómo valoras el funcionamiento de la red social de reinserción de drogodependientes en la Comunidad?
R. Los recursos están muy bien planteados, pero claramente faltan pisos y subvenciones.
P. ¿Se sale, Víctor?
R. Lo difícil no es salir de las drogas, lo difícil es vivir sin ellas. Lo que quiero decir, es que con mi experiencia estoy viendo que hay salida, pero la reinserción cien por cien es difícil. Son muy pocos los que realmente salen. Verás, en las estadísticas aparecen los que se “recuperan” porque llevan, por ejemplo, un año sin consumir nada, pero lo que no sale son las cifras de todos los que recaen; y esta cifra, Rocío, es alarmante.
Claro que también tengo que decirte que no hay nada mejor que ver cómo los que ponen todo su empeño y realmente lo desean lo consiguen. A ellos les devuelve la vida y a nosotros nos da mucha fuerza porque vemos que nuestro trabajo realmente vale la pena. Ejemplos como los suyos nos ayuda a seguir adelante a nosotros y a otros que están en su situación.
Claro que también tengo que decirte que no hay nada mejor que ver cómo los que ponen todo su empeño y realmente lo desean lo consiguen. A ellos les devuelve la vida y a nosotros nos da mucha fuerza porque vemos que nuestro trabajo realmente vale la pena. Ejemplos como los suyos nos ayuda a seguir adelante a nosotros y a otros que están en su situación.
"Cuando deciden empezar un tratamiento lo hacen por contentar a la familia, por no vivir en la calle,… pero no lo hacen por ellos mismos. Por eso son muy pocos los que realmente salen"
P. ¿Por qué recaen?
R. Desgraciadamente los drogodependientes no saben vivir libres en libertad. Combatir una adicción como la suya es muy difícil. No es porque los profesionales no nos impliquemos, yo creo que es porque cuando deciden empezar un tratamiento, sus motivaciones son externas y no internas. Lo hacen por contentar a la familia, para evitar problemas con su pareja, por evitar vivir en la calle,… pero son pocas veces las que lo hacen por ellos mismos.
P. ¿Todos siguen el mismo tratamiento?
R. No, cada usuario tiene un tratamiento muy individualizado, en función de sus condiciones familiares, médicas, económicas, laborales,… Nosotros trabajamos con ellos el área socio-familiar, higiénico-sanitario y de alimentación, laboral y el área de ocio y tiempo libre.
P. ¿Cómo se llega a su situación?
R. Todo el mundo elige drogarse pero nadie elige ser drogadicto. Se puede empezar a consumir por muchos motivos. Cuando eres adolescente por la tontería, por una depresión, por un divorcio traumático,… Claro que no todas las personas que consumen son drogadictas. Normalmente los drogodependientes son personas con un trasfondo, como por ejemplo haberse criado en el seno de una familia desestructurada. Pero si algo puedo decir desde mi experiencia es que hay que tener miedo a las drogas; antes de que te des cuenta se convierten en una adicción y te destruyen la vida.
P. ¿Es fácil llevarse los problemas a casa?
R. Al principio mucho. Con el tiempo aprendes que implicarse tanto te hace daño a ti y a la otra persona; así no le ayudas. La mayoría de los drogodependientes son muy buenas personas, pero también son muy mentirosos y su adicción hace que intenten aprovecharse de tu debilidad sentimental.
P. ¿Si te pasa, es porque eres una buena persona o un mal profesional?
R. Creo que ninguna mala persona trabaja en esto y ni el mejor profesional sale indemne en su implicación personal.
"Todo el mundo elige drogarse pero nadie elige ser drogadicto"
P. ¿Qué es lo mejor y lo peor de tu trabajo?
R. Lo mejor la gratificación personal. Lo peor, ver cómo destruyen las drogas y que son muy pocos los que se rehabilitan pese a tus esfuerzos.
P. ¿Qué consejo darías a un estudiante o recién licenciado que esté interesado en un trabajo como el tuyo?
R. Si están estudiando les animo a que hagan voluntariados, que prueben, aprenda y encuentren lo que realmente les gustará hacer. Y para aquellos que quieren trabajar en esto, decirles que sean conscientes de la responsabilidad de su función y que disfruten mucho sin dejar de aprender.
Fotos: Epsilon y Rocío Torres
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