domingo, 16 de octubre de 2011

El grito, Renacimiento y 15-O

Imagen de la protesta en Hong Kong. FOTO//ELPAÍS.COM


HANNAH MITCHELL//El grito es la liberación del alma.
Escuchar, la árdua tarea del sabio, pues los ignorantes no fueron dotados de oídos en el reparto del Creador, allá por "aquellos maravillosos años"que lejos quedan ya.

En la penumbra de la opulencia politico-económica creada a golpe de índices bursátiles y máximas demago-ideológicas de un contenido más bien ligero, habitó el grito; agazapado tiempo atrás como si de mensaje en una botella a la deriva se tratase.

Y entonces el Big Bang. La conciencia. El razonamiento hecho mensaje. Después la pena. El dolor de la ética y la moral. El escalofrío por lo mal andado. La indignación.


Mayo supuso un punto de inflexión. Un manotazo en la mesa hecho sentimiento unánime. El quebradero de cabeza para aquellos que desde una posición privilegiada, deciden. Parece ser que a través de sus propios conflictos de intereses. Parece ser.
Imagen de la Puerta del Sol abarrotada (15-o)FOTO//ELPAIS.COM


Mayo se hizo grito. Madrid se hizo grito. La Puerta del Sol forjó un mensaje único, claro y directo anclado en varios miles de voces: "No nos representan".

La mecha prendida en la capital de un país que comenzaba a despertar,se instaló en las principales plazas de provincia. Las ágoras serían los hogares de jóvenes y no tan jóvenes perdidos, desconcertados y hartos. El suelo público fue durante días lecho de los olvidados. La noche, testigo de excepción del germen inical de la política : las asambleas ciudadanas. La deconstrucción de lo establecido parecía ser la solución a los males que adolecían los corazones y conciencias de los ciudadanos.

¿Se pasarían los gritos de tantas realidades por alto?

Tras un primer titubeo por parte de los medios de comunicación, las redes sociales hicieron los deberes y la realidad del 15-m pasó a ser información mercantilizable. La indignación pasó a estar de moda. No sabíamos por cuanto tiempo.

Sol acogió los focos y las cámaras de televisión. El mundo puso Madrid en el mapa de la revolución pacífica. Sol fue portada de una voluntad popular.

Entonces otra deconstrucción asomó la patita tras la puerta. La de la objetividad.

La brevedad del tiempo y la magnitud de los acontecimientos dieron paso a la fragmentación de un mensaje que pareció claro en un principio. Las etiquetas y la mala conciencia hicieron el resto.

La acampada sol supuso la muerte de la inocencia de los principios del 15-m.El triunfo iba axfixiándose con cada tópico hecho insulto. El populismo acabó por amordazar la misma iniciativa ciudadana que erizó la piel de los españoles y captó las miradas de medio mundo. La anarquía y el politiqueo también acamparon en las inmediaciones donde muchos intentaron gestar un nuevo modelo de proceder moral, justo y viable. Pero la inmoralidad de los parásitos que decidieron aprovecharse de las circumstancias, la injusticia de una clase política en horas bajas y los conflictos de intereses de los medios de comunicación dieron paso a las mal logradas etiquetas que ahogaron la inocencia del grito. El mismo que avivó la ilusión de varias generaciones, unidas como nunca por mismo fin: "cambiar el mundo, acabar con la ignorancia y el sometimiento".

La iniciativa ciudadana pasó a denominarse "perroflautismo", la principal plaza del país "poblao chabolista", y los indignados "kale borrocas".

Echando la vista atrás, nadie se sorprende si decimos que los mensajes se desvanecieron por multiples factores a merced del cansancio, el derrotismo y la inexperiencia.

El 15-m, tras las elecciones de su primo 22, no fue sino un mal sueño para los recién elegidos, un castigo para aquellos que dejaban sus despachos por la puerta de atrás, y una lágrima más para aquellos "gritones" que temían llamarse indignados por miedo a ser confundidos entre el magma del despropósito asentado en Sol. Feria ambulante de malabares, holgazanería y palabrería vacía sobre anarquismo y revolución.

Arrastrando las tiendas de campaña de camino a casa, pequeñas lineas de actuación se dibujaban tras los pasos de los que se marchaban derrotados . Pese al mal sabor de boca y el sentimiento de fracaso nada había sido en vano. LAS CONCIENCIAS DORMIDAS HABÍAN DESPERTADO. El cambio real vendría de la mano de un árduo trabajo y una perfecta soncronización, donde la poítica no tenía cabida.

El verano dió paso a múltiples bofetadas de realidad materializadas en forma de primas de riesgo y rescates. El paro vió sus cotas más altas, y desde la cima pudo mirar a los ojos y tutear a los votados, a la oposición y a los demás integrantes del banquillo político. Dólar y Euro bajaron la cabeza al ver desmoronado un castillo de naipes para el que nunca contemplaron alternativa.

Entonces renació el grito.

Nueva York acogió en sus calles proclamas con acento Yanki ante las mismísimas puertas del maltrecho corazón financiero mundial. Wall Street vió sonrojadas sus vergüenzas, en un momento donde las desventuras financieras provocan recelo dentro y fuera de las fronteras de los ratings y la especulación.

Con la marcha de la épocas estival y con la inauguración del nuevo curso polítco una nueva losa se interponía en el camino: LA DESCONFIANZA. Nueva etiqueta mediática generalizada y adoptada en la jerga más coloquial. No hubo acepciones despectivas ni políticas en este caso.

Esa desconfianza vuelve a ser la mecha que nos lleva a la llama encendida el 15 de octubre (15o para los amigos) en innumerables capitales del planeta al que llamamos hogar.
Una nueva etiqueta que da cobijo a una jornada mundial de protesta, convocada en un millar de ciudades de 82 países bajo el lema "Unidos para un cambio global".

Sin tiendas de campaña esta vez. A gran escala. Con más motivos que nunca, pero con un mismo mensaje. "No nos representan". Y es que el consenso de mínimos ignorado por la política no ha variado. El declive del mundo construido como lo conocemos es una grieta tan visible como puede serlo la muralla china desde el espacio. Al margen de comentarios editorialistas mal intencionados y claramente estratégicos no está de más en un día tan señalado volver a hacer examen de conciencia, y abrir las miras para poder vislumbrar el horizonte, ese bajo el que nos cobijamos todos, por muy sorprendente que pueda parecernos.

Como ya lo fuese el 15-m, el 15-o no supone la petición de una #democraciarealya, pues mejor o peor, nos alimentamos de una.

Imagen de los disturbios generados en la marcha de Roma. Foto//ELPAIS.COM

No supone tampoco el ansia de sangre política y financiera ni la cabeza de los culpables en bandeja de plata, a servir durante la cena. No se trata de politizar un movimiento de protesta ciudadana.
Se trata de optimizar los recursos de un sistema que se tambalea. Se trata de hacer efectivos y palpables los derechos de los ciudadanos, al fin y al cabo votantes. ¿Realmente es necesario constituir el movimiento 15-m como partido político? ¿Esa es la mejor lectura que puede hacer la opinión pública de un movimiento de protesta, ahora global?.

Es de ser justos y honestos admitir la existencia de oportunismo y demagogias varias en las respuestas a estas cuestiones.

Evidentemente hay escisiones localizadas de "indignados" que exprimen la desesperación general para obtener provecho político y mediático, a fin de alcanzar objetivos tales como pueden ser un total cambio del sistema tal y como lo conocemos hoy. Existe anarquismo. Existe violencia. Existe mediocridad amontonada que desvirtúa un clamor popular. Como en las mejores familias podríamos ironizar.

¿Es ese realmente el mensaje? ¿La realidad? ¿La verdad absoluta? Sólo la conciencia de los individuos puede dar salida a tantas cuestiones como puntos de vista pueda suscitar esta situación.

Es utópico pensar que una fecha puede cambiar el mundo. Es desalentador decir que el pueblo no puede hacerlo.

No es política. Es historia.

Bienvenidos de nuevo a Tribuna Solidaria
















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