domingo, 9 de enero de 2011

OPINIÓN.- ¿Qué costaría que lo hicieran todo el año?

Mamen Hidalgo/ Durante las Navidades hemos visto jugadores de fútbol de primer nivel asistiendo a hospitales para visitar a los niños que padecen alguna enfermedad, más corta o más larga, y que pasarían las fiestas postrados en una cama.

Esos niños dejan el aburrimiento de las cuatro paredes de su habitación por un día y ven expectantes, algunos incluso temerosos, la llegada de numerosas cámaras de televisión y fotógrafos. ¿Qué pasará? pensarán... y por la puerta de repente aparece un Sergio Ramos, un Andrés Iniesta o un Leo Messi. Como si fueran colecciones, como si sus cromos hubiesen cobrado vida.

De los escasos minutos que estos deportistas pasan con esos niños queda solo una cosa, un recuerdo: una foto. Una imagen que dará la vuelta a los telediarios, la prensa escrita, la prensa digital... y no llega a la radio por motivos evidentes. ¿Y
qué pasa después con el niño? Que se queda con el mismo problema de antes.

Estos jóvenes suelen mirar a sus ídolos en el televisor, y sueñan con verles jugar en directo. Algunos incluso imaginan convertirse en ellos, o en algo parecido. Cuando les ven entrar por la puerta de su habitación mezclan sensaciones de incredulidad, asombro y evidentemente una alegría enorme. Más aún si vienen como los Reyes Magos, cargaditos de regalos.

Después el niño en cuestión se queda con la foto con su ídolo, el regalo (un balón, una camiseta... del club del que posiblemente ni sienta) y dos o tres días para contárselo a enfermeras y visitantes. Con un poco de suerte abandona el hospital unas semanas después; con alguna menos, se pasará allí aún más tiempo.

Así que por qué no hacerlo más a menudo. Los jugadores entrenan un par de horas durante la mañana y tienen el resto del día para descansar. Propongo jornadas de ocho horas, como todo ciudadano de a pie, para que realicen tareas sociales sin ánimo de lucro y a ser posible sin la cámara como sombra. Visitar niños, enfermos, presos... Son un ejemplo y son ídolos para la juventud, así que hagamos de algún modo que estas superestrellas se acerquen a los más necesitados, les cuenten sus propias experiencias (algunos han mostrado afán de superación a pesar de estar ahora forrados) y les den motivaciones para continuar con su horrible rutina.


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