lunes, 22 de noviembre de 2010

(OPINIÓN) Los 28 de la OTAN acuerdan devolver la "guardia y custodia" a Afganistán


Hannah Mitchell/ La reunión en Lisboa de los 28 de la OTAN deja tras de sí una promesa: “En el 2014 no quedarán tropas internacionales en Afganistán”, cuya desmilitarización dará comienzo en la primavera del inminente 2011. Al menos así lo ha asegurado el secretario general de la Alianza Atlántica, Anders Fogh Rasmussem.

Con esta decisión, se pretende que las autoridades afganas asuman la responsabilidad de la seguridad de su país tras nueve años de “ayuda internacional”, quedando lejos los estigmas de “la guerra contra el terror” iniciada por George W. Bush, herida que si bien oriente tiene muy presente, occidente ha sepultado en los libros de historia contemporánea más reciente.

De este modo, Afganistán entra en "una nueva fase", según ha afirmado el Secretario General, quien advirtió a los talibanes que la transición trazada no significa que la OTAN “vaya a abandonar Afganistán".

El traspaso de la “guardia y custodia” tendrá lugar en un marco donde los 28 se comprometen a “ayudar a establecer las condiciones para una transición irreversible de la plena responsabilidad de la seguridad a las autoridades afganas”, y que bajo ningún concepto dejarán “un vacío de poder que pueda ser aprovechado por otros”, todo ello siempre según Anders Fogh Rasmussem.

Del documento aprobado en la cumbre se desprende un compromiso de establecer una cooperación a largo plazo con el país asiático mediante el apoyo a Hamid Karzai para que las Fuerzas Afganas de Seguridad puedan ser autogestionarse a final de 2014.

IMAGEN// Gráfico correspondiente a las muertes de civiles Afganos.


La amistad con Rusia bien vale un escudo anti misiles

Además de la cuestión afgana, otros menesteres fueron ampliamente tratados en la sobremesa internacional de dos días en Lisboa. Entre ellos, la aprobación de un nuevo modelo de actuación en cualquier lugar del mundo, y la colaboración en la construcción de un sistema de defensa anti misiles con Rusia, desde ahora amigos íntimos. Parece ser que sobre papel el realismo político que marcó el S XX queda desfasado ante toda una declaración de “buenas intenciones” como la de Lisboa. Además, la cumbre “borrón y cuenta nueva” parece haber acercado posturas entre Francia y Alemania, hasta ahora enemistados por la disuasión nuclear, muy mal vista por Berlín.


El contra-informe

Paralelamente a la cumbre en Lisboa, 29 ONG han hecho público el informe ‘Sin salida. Fracaso en la protección de la población civil en Afganistán’. El escrito, firmado por Intermón Oxfam entre otras organizaciones, sitúa el 2010 como el año más sangriento desde que en 2001 el país fuese “legalmente invadido” según los estatutos de procedimiento de la OTAN. Según constata Naciones Unidas, 1.271 civiles han perecido entre enero y junio del presente año.

El motivo de la firma y publicación del informe es implorar protección para los 320.000 civiles (datos facilitados por las ONG) atrapados en el conflicto afgano como una obligación dentro del plan de transición diseñado estos días.

El informe presentado por las ONG asegura que “El traspaso de las responsabilidades a las fuerzas afganas en materia de seguridad va a tener enormes obstáculos”, debido al riesgo de abusos generalizados por parte de los cuerpos de seguridad nacionales. Por ello, Intermon Oxfam, insta a la OTAN a actuar desde el sentido común y el respeto.

¿Buenas intenciones o falta de fondos?

Nada más lejos de poner en duda las verdaderas causas de por qué la OTAN decide abandonar su empresa en época de crisis y austeridad, llama cuanto menos la atención de cualquier persona medianamente informada que las buenas intenciones para con el pueblo afgano se den precisamente en momentos de penuria económica, donde el arte de la guerra, por muy de apoyo que quieran catalogarla, es caro.


¿Abandono o cesión de poder?. Nueve años distan ya de aquel “la nación está siendo atacada” que inauguró el apartado bélico de la historia del S.XXI, cuando decían las malas lenguas que Afganistán representaba la guarida del enemigo público número uno y las armas de destrucción masiva crecían en los naranjos de cualquier patio de vecino. Nueve años.

Aproximadamente 3280 días después no hay enemigo capturado, no hay hallazgos de arsenales de ciencia ficción, no hay cabeza que servir sobre una bandeja de plata. Sí quedan los resquicios del terror de aquellos que fueron a combatirlo y plantaron la semilla del mismo.
3280 días después, con poco o nada en el bolsillo, se decide pasar el testigo al equipo local, “bajo supervisión”, no podría ser de otra forma.

3280 días después no hay vencedor, sólo vencidos, a merced de un cuerpo de seguridad sin experiencia y de , mucho me temo habiendo sido forjado al calor de las brasas de la guerra, dudosa formación.

No hay manera honorable de matar, no hay manera gentil de destruir. No hay nada bueno en la guerra, excepto que se acaba (Abraham Lincoln).




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