lunes, 29 de noviembre de 2010

Europa: ¿siguiendo los pasos de América Latina?

Mario de la Riva/ FMI, rescates, deuda. Son las palabras de moda en los periódicos y en los telediarios. Pero si echamos un vistazo a libros de Economía Mundial son un fantasma que ha despertado y se ha mudado de continente. América Latina ya sufrió durante los años ochenta –la llamada década perdida para el desarrollo- los efectos de las políticas del Fondo Monetario Internacional. Ahora ese peligro se cierne sobre Europa. Grecia ya fue rescatada en primavera, Irlanda lo fue la semana pasada. Los mercados centran ahora sus miradas en la economía portuguesa, y todo hace indicar que tras los lusos puede ir España.

Todos los casos que hemos citado –históricos, actuales y posibles futuros- tienen algo en común: la puesta en marcha de políticas de ajuste exigidas por organismos internacionales y en particular el papel que han desempeñado en las mismas el Fondo Monetario Internacional.

Otro término es clave en lo que estamos hablando: deuda externa. Hace aproximadamente una década surgieron movimientos sociales en los países desarrollados solicitando la condonación de la deuda que los países del Tercer Mundo contrajeron para salir adelante durante las dificultades económicas de la década de los 70. Entonces, los tipos de interés se encontraban bajos, pero la escalada de los mismos durante la década siguiente, dificultó no ya el pago de la deuda sino de los intereses que acompañaban a la misma, cuyo volumen llegó a ser mayor que el de la deuda en sí, lastrando el crecimiento de muchos de estos países.

Los casos paradigmáticos de lo sucedido tuvieron lugar en América Latina durante la década de los 80, donde se aplicaron de forma más estricta las directrices marcadas por el FMI a través de las políticas de ajuste. Estas políticas se vendieron como las medidas adecuadas para hacer frente al pago de la deuda, especialmente la pública. Sin embargo, el verdadero resultado de las mismas fue el estancamiento económico y el empeoramiento de las condiciones de vida de los países que, como Perú, sufrieron el ajuste.

¿Nos suena de algo todo esto? Como decíamos al principio, el fantasma de las políticas de ajuste ha vuelto y ahora atemoriza a Europa. Primero fue Grecia, después fue Irlanda y todo el mundo apuesta a que Portugal será el siguiente. Las medidas son las mismas: reducción de salarios, disminución del gasto público, pérdida de derechos sociales… Unas medidas que ya han generado fuertes protestas en ambos países y cuyo fin, dicen, es sanear las cuentas públicas y recuperar así la senda del crecimiento económico. Todo ello supervisado por el Fondo Monetario Internacional y, en este caso, la Unión Europea, lo que conlleva aparejado una pérdida de soberanía nacional.

Griegos e irlandeses sufrirán ahora las consecuencias de estas recetas. En los próximos años veremos si estos países se sumergen, como sucedió con los países de América Latina, en una década perdida. De momento, la reducción del gasto público en ambos países ya ha provocado una revisión a la baja de sus tasas de crecimiento los próximos años y, por tanto, de la recuperación del empleo. Sólo el tiempo nos dirá si se repite la experiencia de otros ajustes fondomonetaristas o si esta vez las medidas ayudan de verdad a la recuperación de Grecia e Irlanda.

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